Ciudad de México.- El programa «United For Ukraine (U4U)», que limita el ingreso de refugiados ucranianos a Estados Unidos, a través de las fronteras con México, y que este lunes entró en vigor ha provocado incertidumbre entre los ciudadanos ucranianos que siguen llegando a la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana.
Los voluntarios que continúan atendiendo a los refugiados, hicieron saber a los medios de comunicación que, aunque hay tranquilidad pues al momento no han conocido casos de rechazo en la frontera, las personas han comenzado a preguntarse cuál será su futuro y de qué manera podrán ingresar a Estados Unidos y no quedar varados en la ciudad.
En un recorrido realizado este día por Efe se pudo observar el arribo de una decena de personas al albergue que fue acondicionado en una unidad deportiva, a unos cuantos kilómetros del puerto fronterizo de San Ysidro, quienes se unieron a otros 25 compatriotas que se encontraban al interior del recinto, el cual comenzó a ser desmantelado desde la tarde del domingo pasado.
Los propios voluntarios compartieron que la durante la tarde-noche del domingo, antes de que terminara el plazo para la entrada del programa, los ucranianos que aún permanecían en el lugar fueron trasladados en grandes grupos a través del puerto fronterizo peatonal de El Chaparral, ubicado al lado del de San Ysidro, el cual se ha mantenido cerrado al público desde marzo de 2020 debido a la pandemia.
Los voluntarios contaron que las personas que llegaron a Tijuana y las otras que sigan arribando seguirán siendo atendidas en el albergue, donde quedó acondicionado el auditorio de la unidad.
«Esto es para que las personas, entre ellos algunas familias, puedan pernoctar y contar con atención, asesoría y alimentos mientras se resuelve su situación, la cual podría ser mediante la petición del asilo humanitario», dijo Vlad, uno de los voluntarios, a Efe.
Las familias esperan que su situación pueda resolverse de esa manera, aunque otra vía que estarían buscando, dijo el voluntario, es que sean llevadas a la Ciudad de México y desde ahí, con la ayuda del Consulado estadounidense, puedan ser llevadas vía aérea directamente hasta Estados Unidos.
En tanto, en el Aeropuerto Internacional de Tijuana también fue desinstalada el área en donde los voluntarios solían recibir a sus compatriotas que llegaban en vuelos procedentes desde la Ciudad de México o del blaneario de Cancún, incluso ya no había voluntarios en el lugar.
El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, anunció previamente que con este programa los ucranianos podrían solicitar la admisión a Estados Unidos mediante un sistema electrónico, lo cual les permitiría volar directamente desde Europa, mientras que para quienes lo hagan por la frontera no serían trámites rápidos como se venía realizando.
Activistas como el pastor Albert Rivera, director del albergue Ágape Misión Mundial, expuso a Efe que «ya serán muy pocas las personas que estén llegando a Tijuana, por lo que no veo mucho problema que puedan ingresar, pese a que ya se haya instaurado el programa U4U, la cuestión será más bien ver qué va a pasar más adelante».
Tras más de dos meses del inicio del conflicto, el número de ucranianos que ha abandonado su nación está cerca de los 5 millones, un 11 % de la población del país, según cifras de la ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.